sábado, 5 de enero de 2013

El todo y la nada

Todos hemos tenido problemas alguna vez en nuestra vida, ya sean gordos o muy gordos, siempre hemos querido ser rebeldes que quieren desplegar las alas del nido cuanto antes y más en una sociedad en donde la juventud avanza cada vez más rápido, sentimos cierto odio a nuestros padres algunas veces por no permitirnos algún capricho nuestro o no nos permitan hacer algo que queremos, pero muchas veces no pensamos que ellos no lo hacen por jodernos, sino por protegernos, y los caprichos pues simplemente en esta vida si queremos algo que mejor manera de conseguirlo que por nuestro propio trabajo y esfuerzo, por el cual siempre obtendremos la recompensa.
Habrá momentos en los que estemos realmente mal, no queramos hablar con nadie y nos encerremos en nuestra habitación a escuchar música, leer o ver una peli en el ordenador, nuestros padres no son tontos, saben cuando estamos animicamente bien o mal e intentan ayudarnos en lo que pueden, pero en cambio les cerramos más la puerta y pagamos con ellos nuestro cabreo sin pensar en las consecuencias, sin ver que a ellos realmente les duele el no poder ayudarnos ni dejar que nos ayuden y que encima les contestemos cosas muy feas.
Y ya por ello la solución que le da un gran tanto por ciento de la gente es salir a la calle y beber sin parar hasta estar al límite del coma etílico para olvidar? o para algún otro fin peor? y que aun así, sigan nuestros padres intentando ayudar y que lo único que consiguen es más palabras malsonantes e incluso agresiones físicas? No, esa no es la solución. Porque ya no solo preocupamos a nuestros padres o amigos que están ahí ayudándonos todo el rato para que la desgracia no acabe en tragedia, si no que luego al día siguiente no nos acordaremos de nada y en cambio tus padres o amigos si se acordaran de todas las palabras que pronunciamos, los gestos, las miradas, cosas que realmente duelen, cosas que no quieres ver en la vida. 
Todos tenemos malos momentos, días en los que no queremos ni levantarnos de la cama, pero antes de hacerlo, parémonos a pensar en una cosa: Realmente merece nuestra familia o amigos compartir nuestro sufrimiento, hacérselo pagar de maneras horrorosas cuando realmente ellos lo que están es tratando de ayudarte? no es mejor hablarlo con franqueza con quien nosotros sintamos que nos pueden dar un buen consejo o tragarlo por unas horas y sacar un bella sonrisa al mundo y darle de cara, haciéndole ver que nada ni nadie nos podrá derrumbar.
Porque antes de actuar deberíamos de pensar en las consecuencias, si van a ser mejores o peores, porque en casos así, la consecuencia es muchísimo peor de lo que nos podemos imaginar. 
Pensemos en la gente que nos quiere y si realmente queremos a estas personas no querremos hacerlas daño.
Pensemos en que hay soluciones mejores antes que destrozar nuestra vida castigándonos a nosotros mismos y a los demás. Para que luego más tarde nos riamos de esas personas por habernos ayudado y olvidarnos de lo que un día fueron para nosotros simplemente por estar ahí en el momento equivocado.
Porque al final del camino siempre habrá sonrisas y si vas por el buen camino, llegarás antes a estas.











1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con cada palabra! :D La unión hace la fuerza...

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